LA NARANJA EN ZUMO Y LA MANDARINA ENTERA

En la mayoría de nuestros hogares, cuando ingerimos frutas cítricas, acostumbramos a tomar la naranja en forma de zumo y la mandarina entera.

Alguna vez te has preguntado ¿por qué? ¿porque no hay máquinas de exprimir mandarinas? ¿porque pocas veces nos comemos la naranja de postre y entera?

Creo firmemente que el ser humano tenemos generalmente un poder innato de síntesis y de simplificación de los procesos, pues debido a la famosa «Ley de Murphy» las cosas ya se complican solas.

Hace tres siglos y medio, Baltasar Gracián representó la vida como un juego de azar en su obra «Oráculo manual y arte de prudencia (1647). Según este pensador de Belmonte de Calatayud, el buen «jugador» es aquel que saca el máximo provecho de las cartas que le da la vida. Siempre me ha gustado esta frase pragmática, y además, yo añadiría que es mejor hacerlo con el menor esfuerzo posible, para que de esta manera puedes jugar varias partidas a la vez. Así yo uso mucho la frase de «el mínimo esfuerzo para obtener el máximo rendimiento».

Siempre recordaré lo que me decía una profesora de primaria cuando en los exámenes sacaba seises y sietes. «Juan, la ley del mínimo esfuerzo, podrías sacar mejores notas». Era cierto, pero entonces había que renunciar a cenar con mis padres, jugar con mi hermana, asistir a mis entrenamientos semanales de hockey y hacer otras cosas que también quería hacer.

Así que creo en un equilibrio óptimo de las cosas. Por el contrario, es curioso, puedo observar como a la hora de alimentarnos podemos ser tan extremistas. Un ejemplo claro son las familias que tienen niños pequeños. Intentan llevar unos horarios y unos menús variados y equilibrados a la perfección con verduras y pescado fresco para poder ofrecer lo mejor a sus bebés, pero cuando los niños se hacen mayores e incluso se van de casa, los adultos solos, pasan con cualquier cosa práctica para saciar el apetito y se ponen en «modo supervivencia».

Para los que me conocéis un poco, ya sabréis que a mí no me gustan los extremos, por este motivo, huyo de alimentaciones extremadamente complejas en cuanto a ir a comprar cada día, pasar horas limpiando alimentos ecológicos y cocinando para tener una buena alimentación. Pero también me alejo de alimentaciones excesivamente prácticas y poco equilibradas basadas en el pasotismo absoluto.

En este ejercicio de ser prácticos pero saludables, tenemos que jugar bien las cartas, como decía Baltasar Gracián, para compaginar verdura fresca con congelada, fruta fresca con fruta enlatada, pescado fresco con congelado, platos sencillos con platos más complicados y productos crudos con platos de 5ª gama. En este caso, el objetivo será comer suficientemente sano de una manera práctica.

Supongo que por este motivo, tenemos el hábito de comernos la naranja en zumo, ya que cuesta mucho pelarla y separar los gajos sin quedar con las manos llenas de jugo y la ropa manchada. Por otra parte, la mandarina es mucho más fácil de pelar.

Al fin y al cabo, el caso de estos cítricos es un claro ejemplo del uso de la practicidad sin olvidar la salud.