LA MANZANA “LA FRUTA DEL PARAÍSO”
Según la historia del libro Génesis, Dios creó a Adán y Eva y los puso en el Paraíso del Edén para que disfrutaran y comieran todo lo que quisieran. La única regla que les puso era que no podían comer del árbol de la ciencia del bien y del mal.
De ésta regla se aprovechó la serpiente, que tentó a Eva. Ella probó del fruto y le gustó; así que también lo dio a probar a Adán. Éste pecado les costó la expulsión del paraíso entre otras cosas.
En la literatura, Tirant lo Blanc, y las pinturas, Leonardo da Vinci, se ha representado a menudo este fruto cómo una manzana. De hecho, no se si es cierto, o realmente era otra fruta, cómo afirman algunos, pero lo que si que es cierto es que a día de hoy, lo que es un pecado es no comer manzana a menudo.
Y es que la manzana es una fruta baja en sodio, calorías y grasas. Sin embargo es muy rica en vitaminas, minerales y fibra. La fibra es la principal responsable de que comer manzana nos sacie y nos llene. Además la pectina, una fibra soluble muy abundante en la manzana, ayuda a regular el colesterol y el azúcar en sangre.
En términos organizativos, para nuestra rutina, la manzana es una muy buena elección para comer a media mañana, o para merendar. Es muy práctica para llevarla a cualquier sitio y comerla donde sea. Cuándo tengáis un poco de hambre o ansiedad comed manzana, os entretendrá y saciará. También es muy buena opción para comer de picnic, porqué allí dónde no podemos lavarnos los dientes con cepillo, la manzana los limpia parcialmente.
No olvides que la manzana es una opción muy sana, y así lo afirma la sabiduría popular británica desde hace varios centenares de años: One apple a day, keeps the doctor away!
Come manzanas, verdes, amarillas y rojas, las limpias bien y las comes con piel; pero no te prohíbas otros manjares de vez en cuando. Ya habéis visto que somos descendientes de Adán y Eva… y cuando nos prohíben algo, de repente es lo que más nos apetece.